El taxi avanzaba lentamente por la Carretera Central, evitando los principales puntos de control. Alexander observaba por la ventana el paisaje cubano iluminado por la luna - campos de caña que se mecían como un mar verde oscuro, las siluetas de palmas reales recortadas contra el cielo estrellado.
—Cambiamos de ruta —anunció abruptamente, inclinándose hacia el conductor— Primero a Cienfuegos. Calle 37 #421 entre 18 y 20..
Daniela lo miró con curiosidad.
—¿No íbamos directo a La Habana?
—No podemos ir directamente a él, necesitamos recursos —respondió Alexander, pasando un dedo por el polvo acumulado en el marco de la ventana—. Y asegurarnos de que la bóveda esté intacta.
(...)
La casa colonial de fachada sencilla parecía olvidada en el tiempo, con su portón de hierro forjado negro y las enredaderas trepando por las paredes llenas de flores. Pero cuando Alexander introdujo la llave magnética en un hueco casi invisible junto al marco de la puerta, el sistema de seguridad se d