Jacob abrió la puerta del lado del pasajero del auto cuando él y su esposa llegaron después de salir de la comisaría.
—Sube —le dijo a Monique con voz suave, dándole una mirada tranquilizadora mientras sujetaba el techo del auto para evitar que se golpeara la cabeza. Extendió la otra mano para ayudarla. Monique no dijo nada mientras entraba al coche. Jacob soltó un profundo suspiro, manteniendo la vista fija en su esposa.
Cuando se aseguró de que Monique estuviera sentada cómodamente, cerró la puerta con cuidado. Luego, se dirigió al asiento del conductor. Abrió la puerta y se metió al auto.
Jacob miró a su esposa. Ella permanecía en silencio, aún impactada por los recientes acontecimientos. Habían amenazado su vida con un cuchillo, y era natural que se sintiera así.
En ese momento, Jacob no podía contener su ira hacia el hombre que había amenazado a su esposa. Quería regresar a la comisaría y enfrentarlo nuevamente. Sentía que la paliza que le había dado no había sido suficiente. Sus