Alexis:
Subo las escaleras hacia la habitación con una bandeja de té y 
galletitas saladas. Debería estar furioso con ella, pero, en lugar 
de eso, siento una preocupación teñida de una cierta admiración.
Me ha desafiado, se ha encerrado en el baño y se ha colado en mi ordenador 
para pagar una deuda que creía que debía. Sabía que la descubriría, pero aun así lo 
ha hecho y no puedo evitar respetarla por ello.
Yo hubiese hecho lo mismo si 
estuviera en su lugar.
En realidad, debería haberlo esperado. Llevaba días insistiendo con querer 
la lista, así que no me sorprende que haya decidido actuar por su
cuenta. Desde el principio, percibí que en ella había un alma obstinada, un espíritu 
luchador que contradice su aspecto delicado.
Puede que mi motita sea obediente la mayor parte del tiempo, pero solo porque 
es lo bastante inteligente para escoger sus batallas y debería haber sabido que 
escogería luchar en esta.
Cuando me estoy acercando a la habitación, reconozco el tono ligera