Mundo ficciónIniciar sesiónEntré en la mansión y fui directo al pasillo de las habitaciones. El silencio allí era casi reconfortante, y ya se notaba que Caleb estaba mucho mejor que la última vez que lo vi.
Toqué la puerta suavemente, y su voz me respondió.
—Pasa.
Abrí y lo encontré sentado en la cama, con un aspecto más vivo en la cara. Parecía más presente, más él mismo.
—¿Qué tal, cómo estás?
Se encogió de hombros, pero la sonrisa fue sincera.
—Mejor.
Me acerqué, me senté al borde de la cama y le sujeté la mano.
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