Liam Jones.
La lucha fue sangrienta. Cuerpo a cuerpo, no había espacio para el miedo.
Era una batalla marcada por el sudor y la sangre de guerreros que luchaban con ferocidad.
Frente a mí estaba el enemigo enmascarado que los comandaba, rodeado por su horda de lobos sanguinarios.
Sus alaridos de guerra atormentaban mis oídos; él solo quería una cosa: matar.
La oscuridad de la muerte cubría la manada, los guerreros caían uno tras otro, me llené de ira al ver a nuestros hombres, desplomados en el suelo.
Muchos de los nuestros habían sido abatidos en cuestión de minutos.
Esa imagen se quedará grabada en mi mente para siempre.
Si no fuera por Alfa Edwards, yo tampoco hubiese sobrevivido.
El padre de Ava luchaba a mi lado, empujándome hacia adelante mientras los lobos aullaban como si estuvieran perdidos en un frenesí.
En medio del caos, sentí un ardor punzante en mi costado. Miré hacia abajo y vi mi herida.
El malvado enmascarado me cerró el paso, y antes que pudiera reaccionar, recibí u