42. Madre antes que todo
En el momento que Malcolm pronunció esas palabras, Josephine sintió que el mundo se detenía a su alrededor. El suave ronroneo del dirigible subiendo hacia las nubes se convirtió en un zumbido distante mientras su corazón daba un vuelco. Era simplemente imposible aceptar un trato así; significaba entregar todo lo que amaba, toda su vida que eran sus hijos. Era como un suicidio del alma.
—No —fue lo único que pudo decir Josephine, con la voz quebrada por la conmoción.
Malcolm se volteó a mirarla, entrecerrando sus ojos, perplejo.
—¿No? —su tono sonaba incrédulo—. ¿Acaso... te estás negando a la propuesta que te estoy haciendo?
Josephine inspiró profundamente, reuniendo el valor que creía perdido hace tiempo.
—Sí, me estoy negando —declaró con firmeza—. No vas a adoptar a mis hijos —sus palabras salieron claras a pesar del nudo en su garganta—. De hecho, quiero regresar a las Tierras Bajas. Ni mis niños ni yo pertenecemos a Altocúmulo.
Al oír eso, el rostro de Malcolm se transformó. Sus r