150. La espera
Las siguientes horas transcurrieron con más lentitud de lo esperado. En la sala principal, Gael, esposa Nelly y Zacary esperaban con ansiedad y también mucha emoción. Zacary por su parte, se había sentado en una silla cerca de la puerta de la habitación, manteniéndose alerta por cualquier cosa que su familia pudiera necesitar ya que habían cerrado la puerta.
—¿Duele mucho tener bebés? —preguntó Zacary de repente a Nelly, asumiendo que, como ella era mujer, posiblemente sabría.
—Mucho —respondió Nelly con honestidad—. Pero dicen que cuando ves a tu bebé por primera vez, olvidas todo el dolor.
—Ojalá pudiéramos ayudar más —murmuró Zacary, frunciendo el ceño con preocupación.
Gael, que había estado callado durante la mayor parte de la espera, se acercó a su sobrino.
—Ya estás ayudando, mocoso —dijo, despeinándole el cabello—. Solo estar aquí, apoyando incluso desde afuera de la habitación, es más importante de lo que crees.
Mientras tanto, desde la habitación llegaban sonidos ocasionales: