149. La búsqueda nocturna
Afuera de su casa, en la entrada, Malcolm inmediatamente evaluó los alrededores. Las calles del Distrito estaban relativamente vacías, pero podía escuchar sonidos de actividad desde algunas tabernas distantes. Cantos desafinados y gritos ocasionales indicaban que varios lobos estaban bebiendo el alcohol de hongos fermentados que tanto abundaba en el lugar, juzgando por esos sonidos de cosas rompiéndose y ruidos de peleas, típico de esas horas.
Él caminó con pasos rápidos pero cuidadosos, manteniéndose cerca de las paredes de las construcciones para evitar llamar la atención, no quería correr porque luego podría sospechar que estaba ocurriendo algo. Durante el camino, su mano descansaba sobre la empuñadura de su espada, listo para desenvainarla al primer signo de problemas. Durante estos meses, había aprendido que la discreción nocturna era esencial para evitar confrontaciones innecesarias, y lo menos que deseaba ahora, es que algún “valiente” quisiera pelear con él, no era el momento p