142. Cuando la magia es esperanza
Fue durante este momento de relativa tranquilidad en donde estaba aseando su cuerpo, que Malcolm permitió que su mirada vagara más allá de su estanque inmediato, explorando la geografía de la caverna que los rodeaba. Lo que vio captó inmediatamente su atención y encendió algo en su mente estratégica.
Los pozos no eran simplemente depresiones aisladas en la roca. Estaban conectados por una red de túneles naturales que se extendían en múltiples direcciones, algunos hacia áreas iluminadas por más piedras de aerolita, otros que se adentraban en una oscuridad tan completa que parecía sólida, donde más allá posiblemente habitaban esas criaturas que comentaban Gael, Nelly y el Druida. Esas aberturas de estos túneles eran lo suficientemente grandes para que un hombre adulto pasara cómodamente, y algunas parecían inclinarse hacia arriba, sugiriendo que podrían llevar a niveles superiores del complejo subterráneo, es decir, a la superficie.
«Cada entrada tiene una salida», pensó Malcolm, observ