11. Mariam, una explicación o varias excusas
Me despiertan las doncellas, no quiero ni puedo abrir los ojos. Hace nada que me quede dormida, no se como Gavin puede hacer esto un día sí y otro también.
Después de tres intentos logro levantarme, miro mi reflejo en el espejo y veo a un fantasma! Estoy horrible la piel super pálida y unas ojeras muy marcadas, uso un poco de polvos para taparlas pero tampoco es lo que esperaba.
Bajo a desayunar y Gavin ya está esperándome.
— Mi pequeño ángel hoy no tienes buena cara, se ve que has dormido poco.— dice riendo, yo le pellizco el brazo.
— Cómo lo haces? Cuál es tu secreto? Yo estoy muerta...—
— Sencillo hermanita, el secreto está en tomar pequeñas siestas durante el día.—
Con que eso era! Termina de desayunar y se marcha a su recámara. Tomo nota y hago lo mismo, me meto en la cama de nuevo. Ni siquiera me ha dado tiempo a cerrar los ojos cuando suena la puerta.
Una de las doncellas pasa dentro.
— Señorita su prometido está abajo esperándola.—
Puff! Me niego no lo voy a recibir.
— Dile