—Así que al final es una trampa —murmura, con una sonrisa ladeada, sus dedos cerrándose alrededor del frasco—. Margaret lo planeó todo meticulosamente.
—Ese bebé no es suyo, señor —alega Gerd, con el ceño fruncido—. Seguramente intercambiaron su medicina esa noche. La sirvienta, con acceso a los ri