Tengo que evitar ese revoltijo de tripas que me da cada vez que va a los chequeos, y lo peor, todos quieren tocarla. Ni hombres ni mujeres desconocidas pueden hacerlo. Uno nunca sabe, las lesbianas están de moda, y no voy a dejar que nadie ponga las manos en lo que es mío.
Reviso la sala con meticu