—¡¿Qué?! —exclamó Dorothea horrorizada—. ¡¿A quién demonios viste desnudo, Aisling?!.
La chica se llevó una mano a la boca. Se le había escapado.
—Sabes que estoy en una isla, y hay muchos hombres... —empezó a decir, buscando una salida—. Fue por accidente... entré en un baño de hombres —mintió, s