Capítulo 17. Posición compartida.
En Harlem, Salomé había encontrado la manera de ver eso como un juego y no como obligación haciendo. Hizo un gran esfuerzo en hacerle entender a Julian que no llevaran seguridad a ese sitio, porque los políticos no eran bienvenidos como antes. Muchos mentían y era seguro que nadie los dejaría acercarse si llamaban la atención de esa forma.
Le quitó la corbata y el saco a su prometido, quien no se sentía bien caminando sin su traje completo, pero decidió darle el beneficio de la duda. Y de cierta forma, estaba funcionando, cosa que lo tenía enviando mensajes a Tedd para que enviara cámaras escondidas.
Vio a Salomé comer algo que había comprado, mientras escuchaba a quien le regresaba su cambio.
—Ese local de allá, ¿lo ves? —le dijo la mujer mayor a Salomé, señalando una tiendita con toldo rojo y una hilera de sillas blancas al frente—. El dueño se llama Tony. Lleva veinte años aquí. Antes, hace años, vendía solo sándwiches, pero ahora da almuerzos, cenas, y hasta presta el lugar par