Capítulo 139. Karma.
Cuando la tarde llegó, Franelli había llenado la bandeja de mensajes del candidato con el cambio de información y del sitio que fue reemplazado al tener desperfectos en el que se planeó en un inicio.
Salomé se colocó una bata tras salir de la ducha, encontrando a Johan con el pantalón abierto, eligiendo una de sus camisas. Esa imagen la hizo saborear su propio labio. El candidato tenía un físico que no envidiaba nada de quienes pasaban horas ejercitándose.
—¿Vas a mirar mucho y tocar poco?— se giró con una risa cínica, metiendo los brazos en la prenda azul.
—Esto se siente como un papel ensayado… —susurró ella, deslizándose descalza sobre la alfombra—. Mostramos la cara enamorada de una pareja.
—No necesitas mostrarle nada a nadie, solo a mí. Porque me gusta—replicó Johan con tono bajo y burlón, antes de besarle la mejilla con tanta lentitud que el gesto se volvió peligroso. El tiempo se les había pasado, no podían perder más.
—¿Y yo puedo ver la tuya? —preguntó ella, clavando los