Capítulo 133. Inestable.
—¿Seguro que es todo lo que tienes?— increpó Salomé visiblemente preocupada por el hombre que la dejó separarse de él con los apósitos. —Recuerda que debemos revisar que no haya otra fractura que no reciba atención.
Vito negó, en tanto escuchaba voces del otro lado de la puerta. No le interesaba un ligero raspón o corte en ese preciso instante.
—¿Qué hace en esta ciudad?— inquirió más para sí mismo que para la mujer que lo acompañaba.
—Lo sabremos cuando sepamos el origen de los documentos y demos con el falsificador— señaló Salomé colocando sus rodillas en la cama, ajustando la bata. —La vamos a encontrar.
—Ahora no sé si eso sea lo mejor—, Vito se pasó la mano en la barbilla al incorporarse. Salomé lo siguió con la mirada. —Sabía que era una estafadora, no una asesina. Y es claro que es así.
—Sabíamos que era una criminal. Los criminales evolucionan o se degradan con el tiempo, —le explicó. —Por lo visto ella evolucionó. Aunque no es sorprenderse cuando sabemos que fue capaz de