Capítulo 31. MIRAGE.
—Genial, ahora parece que estoy en un anuario— dijo Johan al ver el póster que había en la parte superior de la tarima.
—Menos mal no estamos complaciendo tus gustos, no terminaríamos nunca— señaló Lina dejando a su hijo en el suelo, cuando este insistió. —Hay doce diferentes y te fijas en ese.
—Porque es el único que captura una imagen extraña de mí— se dio la vuelta para ver el espacio preparado para ser llenado en las próximas horas. —Que no parezca que es un ataque cibernético, porque en lugar de impresionar los vas a asustar.
—Tengo todo calculado, déjalo en mis manos— corrió detrás de su hijo cuando este se alejó en el espacio vacío. —Ahora ve a cortarte el pelo— lo observó a él sin dejar de perseguir al pequeño Devan—, limpia tu rostro y muestra tu mejor cara porque estamos a dos horas del espectáculo.
Lina casi tropezó al volver la vista hacia el frente en donde se encontró con el Mayor, quien tenía en las manos a su hijo.
—¿Botas militares?— preguntó al ver los zapatitos