*James*
Tamara se había levantado temprano, poco habitual en ella, su ausencia en la cama fue lo que me hizo levantarme y cómo anoche salió con las chicas supuse que se iba a quedar mucho más tiempo en la cama. Cuando llegué a la sala ella ya estaba desayunando, es preciosa hasta cuando se mancha la boca con la mermelada.
— Te has levantado muy pronto ¿No? —digo sorprendiéndola.
— No tenía mucho sueño —sonríe de oreja a oreja, me gusta verla así, feliz.
— Llegaste tarde anoche, ¿Lo pasasteis bien?
— Es que Eva se animó a ultima hora y claro una cosa llevó a la otra…
— ¿Ligaste mucho?
— Mm… solo un poco —ser ríe—. Aunque parece que Eva arrasó con los demás.
— Se ha soltado la melena.
— Eso parece —termina de comerse la tostada—. Oye… —dice misteriosa—. He estado pensando… la otra vez en los Hamptons Emma no estaba muy bien y… creo que debería de ayudarla.
— Sí…, pero ¿A qué te refieres con ayudarla?
— Pues verás, ya no aguanto más está situación,