Capítulo 2

Solo la idea de saber que mi hija está en manos de Luan y Fabrizio me hace pensar en mil cosas a la vez, me gustaría saber en dónde se encuentran e ir como una loca a por mi hija. Tengo tanta mala suerte que ahora a mi vida ha vuelto Max, pero para ser sincera no tengo tiempo de pensar en lo que pienso al respecto, solo quería que se marchara de la escuela y no volviera, pero en el fondo nos viene bien su ayuda. Nos hemos repartido en varias partes, hemos mandado a nuestros hombres a revisar las cámaras de la zona, los hombres de Max están colaborando en hablar con las personas por si alguien había visto algo, pero es imposible preguntar a tantas personas.

No estaba muy segura de lo que estaba haciendo, pero haría lo que hacía falta para encontrarla, había aprendido muchas cosas estos dos últimos años, he mejorado en defensa personal, aprendiendo nuevos trucos y he aprendido a manejar todo tipo de arma y no se me da nada mal, creo que en cierto modo lo llevo en la sangre. Nosotros ahora nos encontramos en nuestra casa franca preparándonos para lo que venga, no sabemos si nuestros hombres encuentren alguna pista o algo, pero queremos estar preparados. Tenemos todas las armas en la mesa y todos los accesorios, es importante recalcar que solo venimos aquí cuando hay problemas gordos, Max no había venido y James tuvo que hacerle una advertencia para que no dijera nada sobre esto, en el fondo me encanta ver como Max se traga sus palabras en frente de mi hermano. Para no perder más tiempo fui a por una ropa más cómoda, no podía estar con un tacón roto y un traje blanco, cuando volví ya cambiada miré esos dos rostros que me miraban fijamente, uno con asombro y el otro con enfado.

— Por encima de mi cadáver —dice al momento James mientras me acercaba a ellos.

— Es mi hija, no voy a dejar que vayáis solos a dónde quiera que vayáis —él no quería que me involucrara en esto.

— Escúchame bien, mi deber es protegeros ¿Entiendes? —se lleva las manos a la frente—. Ponte en mi lugar, ¿Qué crees que pasaría si nos ocurre algo a los dos? ¿Quieres dejar solos a los niños? ¿A los demás?

— No quiero pensar en ello porque sé que no va a ocurrir nada de eso, puedes pedirme cualquier cosa, pero no puedes pedirme que me quede en casa esperando mientras mi hija no está conmigo —le miré con desafío.

— Creo que…

— ¡Tú no te metas! —le gritamos a la vez a Max, volví a mirar a mi hermano.

— Está bien... —terminó cediendo—. Si quieres participar allá tú.

— Buena elección.

Mientras James se marchaba a otro cuarto para hablar con Tamy yo fui directamente hacia la mesa y me guardé unas cuantas navajas, me di cuenta de que Max estaba fijándose en mí, así que levanté la mirada para verle, para ser sincera tenerle aquí presente me produce una sensación muy extraña, otra diferente, no sé cómo explicarlo.

— Veo que te has convertido toda en una experta en armas —dice con una media sonrisa que hace que se vuelque mi corazón—. Te veo diferente.

— Hay muchas cosas que han cambiado estos últimos años —me limité a decir y agradecía que en ese momento me sonara mi teléfono.

Desde que Tyler se enteró de que Tara había desaparecido no deja de llamar cada cinco o diez minutos, está tan preocupado como nosotros, él es prácticamente su padre y no va a descansar hasta que la tengamos en casa sana y salva.

*Luan*

Llevaba mucho tiempo esperando este momento, había planeado durante años robarle el hijo a Emma, en un principio quería a su primer hijo, pero hubiera sido una mala idea, ese tipo de niños no paran de hablar y podría delatarme, por eso me decanté por su hija pequeña, era mucho más fácil hacerlo de esa manera, podría criarla a mi manera y donde quiera. He actuado a espaldas de Fabrizio porque no soporto ni un día más estar viajando por el mundo para despistar a los demás, es absurdo tener que aguantar todo esto, ha sido una de las cosas más arriesgadas que he hecho nunca, pero estoy orgullosa de mí misma. Me he llevado a la niña lejos del estado, encontré una casa apartada del pueblo donde podría perfectamente criarla, pero mis planes iban a cambiar, Fabrizio no era estúpido y supo dónde encontrarme.

— ¿Qué haces aquí? —le pregunté con la niña dormida en mis brazos.

— Eso me gustaría saber a mí —se cerca poco a poco y yo retrocedo—. Eres tan estúpida que no sabes lo que acabas de hacer.

— Sé perfectamente lo que hago y no me ha hecho falta tener tu ayuda para ello —mencioné con la voz molesta.

— Te hacía una mujer lista, pero ahora no sabes que al robarte a esa niña has vuelto a involucrar a Max en la vida de Emma, ¿Te das cuenta de que habría sido más fácil tener por separado a dos mafias?

— ¿Qué quieres decir? —dejo a la niña tumbada en el sofá.

— Lo que quiero decir —se acerca a mí y me abofetea—. Que vas a hacer todo lo que te diga a no ser que quieras que te mate aquí mismo.

— Perdona, no sabía en qué estaba pensando, no quería causar problemas.

— Pues lo has hecho, Luan. Ahora todo el mundo nos está buscando y todo por tu culpa —escucho bien en lo que dice, quizás me haya precipitado.

— ¿Qué propones?

— Lo mejor será que se la devuelvas, no podemos arriesgarnos a que nos descubran ni que sepan dónde nos vamos.

— Pero… yo quiero tener lo que es suyo, lo que me pertenece —digo con lágrimas en los ojos—. Me estoy haciendo mayor, no será lo mismo.

— Tendrás que esperar, ya encontraremos la manera de arrebatarles todo lo que poseen —me pone la mano en el hombro para consolarme.

Lo único que yo quería era hacerle daño quitándole lo que más quería, a su hija, de tal manera que no vuelva a verla nunca más, que no pueda vivir y se mate por no poder soportar tanto dolor, de todos modos, ya tiene un hijo, no importa si pierde a otro.

— Entonces, ¿Qué propones?

— Tiene que parecer un secuestro real, que parezca que no hayamos sido nosotros, que no tenemos nada que ver —camina por la sala—. Aunque conociéndoles, no se lo creerán.

— No es una mala idea, pero ¿Y la recompensa? —giró su rostro para verme.

— Cierto…

— ¿Y?

— Contrataré a un par de hombres para que se hagan pasar por los secuestradores, será muy sencillo.

— ¿Tú crees que dará resultado?

— No, pero nos dará margen.

— ¿A qué?

— A desaparecer.

No tardamos en encontrar a unos idiotas dispuestos a ganar mucho dinero, era obvio que en ese sentido fuera fácil, en la parte de atrás de la casa había un cuarto lleno que parecía abandonado, metimos a la niña en ese lugar, no paraba de llorar y de corretear que al mismo tiempo se hizo algunas heridas. Fabrizio sabía desde un principio que la hija de Emma es de Max y no de su querido novio, ¿Qué pasaría si Max se entera de que es su hija? Podríamos empezar una guerra y adoro las peleas entre amantes. Hicimos la grabación, los hombres pidieron medio millón de dólares como recompensan y tendría a su hija en menos de veinticuatro horas, sin pensarlo le enviamos un mensaje a su teléfono sin que pudiera ser rastreado.

<Tenemos información sobre la niña, si quieres respuestas será mejor que no se lo cuentes a nadie >

Ahora solo era cuestión de tiempo, al final no es tan mala idea este secuestro.

*Maxwell*

Había recibido un mensaje de alguien desconocido, ni siquiera tenía ningún número, supuse que era de esos cabrones, pero por el mensaje no era él, no suele trabajar de esa manera, no mandando mensajes. Estaba en esa casa franco esperando como tonto a que pasara lo que tenía que pasar, pero era en vano. Tenía que marcharme a casa y meterme en la oficina para esperar ese maldito correo, no iban a tardar en enviarlo y de verdad quería ayudar a Emma, tenía que poner una excusa.

— Tengo que irme —hablé después de pensar en lo que iba a decir—. Perdóname, pero es que…

— Tranquilo, en algún momento tendrías que marcharte —dice Emma con reproche y no veas como duele.

— Hoy es el cumpleaños de mi hija, ni siquiera he podido verla hoy —cuando mencioné eso me supuse que le toqué la fibra débil.

— Entonces vete y no pierdas el tiempo, te estarán esperando —se gira dándome la espalda.

— Estaré pendiente de todo lo que pase, mis hombres están con los tuyos.

— Sin problema —me mira con lágrimas en los ojos, sé que está sufriendo por su hija.

Ahora que soy padre, sé cómo se debe de sentir, que le hagan daño a tu hijo es lo peor que te puede pasar en la vida, pero eso solo me hace pensar en por qué Tyler no está a su lado siendo el padre de esa criatura, siempre supe que era un idiota, pero no para llegar a ese extremo.

Loren me había estado llamando y mandando mensajes para saber en dónde me encontraba, era consciente de que no estaba con ellas en casa celebrando el cumpleaños de la niña, pero en cierto modo, algo dentro de mí me obligaba a ayudar a Emma a encontrar a su hija, no quería descansar hasta encontrarla. Al llegar escuché música y a Loren cantando y bailando con Lara, la risa de mi hija era lo único que me hacía seguir adelante, era una risa contagiosa, al ver que ya estaba en casa Loren dejó de bailar y yo la saludé débilmente.

— Hola —me acerqué a ellas.

— Hola, papi —dice mirando a Lara—. Te estábamos esperando —hace pucheros.

— He tenido un pequeño problema —me aflojo la corbata.

— ¿Y lo has solucionado?

— En cierto modo —me mira y le hace una señal a la criada para que cuide de Lara.

Caminamos hacía mi despacho, ella quería saber qué es lo que pasaba y por qué me comportaba tan raro, era normal y debo admitir que estos últimos años de vez en cuando nos acostábamos, sé que puedo parecer un cabrón, pues dije lo que dije en su momento. Entrando por la puerta ella me coge de la mano, pero yo instintivamente se la aparto, frunció el ceño tras mi respuesta.

— ¿Qué sucede?

— Loren… —dije acercándome a mi escritorio—. ¿Sabías que la hija de Emma iba a la misma escuela que nuestra hija?

— ¿Qué? —se quedó tan fría que supuse que no tenía ni idea—. ¿Qué estás diciendo?

— Lo que acabo de decir —me crucé de brazos esperando su respuesta.

— Max, no tenía ni idea, si lo hubiera sabido hubiera cambiado a Lara de ese mal —se calló, estaba furiosa y no quería ni mirarme—. ¿A qué viene todo esto? ¿Ella es la culpable de que encerraran a la niña en el gimnasio?

— Loren, su hija, ha desaparecido.

— ¡Me da igual! —me sorprendí con su respuesta.

— ¿Cómo puedes decir eso?

— Mira, no quiero discutir ahora mismo, pero sabes una cosa, hoy es el cumpleaños de tu hija que no se te olvide —se marchó del despacho dando un portazo.

Ahora mismo no podía estar pendiente de los dramas de Loren, soy consciente de que es el cumpleaños de nuestra hija, pero también tengo que ayudar a Emma, si me han enviado a mí ese correo será por algo.

Abrí el portátil y me metí directamente en el correo, había llegado ese esperado mensaje desconocido, pero lo que me pregunto es porque me mandan a mí ese mensaje, yo no soy nada para esa niña y llevaba tiempo sin saber de la vida de Emma.

Para el señor Miller:

<Estamos seguros de que aún no ha tenido la oportunidad de conocer a su hija, en estos momentos estará preguntándose de que narices estamos hablando, pero le seremos francos, ¿Acaso no ha pensado que esa niña pueda ser suya? Piénselo. Si decide recuperarla solo tiene que contestarnos con un Ok, si por el contrario decide no hacer nada y mantenerse al margen, directamente no conteste a este correo y pasaremos al siguiente plan>

Juraría en estos momentos que tengo la tensión baja, lo que acabo de leer… yo… no creo que eso sea posible, ¿Emma había sido capaz de engañarme todo este tiempo? No es posible, definitivamente solo lo dicen para manipularme. Más abajo en el mensaje había un video, cuando le di a reproducir la vi, esa niña de ojos verdes… y el pelo… era idéntica a mí cuando era pequeño, no podía creer lo que veían mis ojos ¿Cabe la posibilidad de que sea mi hija? Contesté inmediatamente ese mensaje, tenía que averiguarlo con mis propios ojos.

<<ok, ¿qué es lo que queréis?>>

<<Ha elegido bien señor Miller, queremos medio millón de dólares. En efectivo, antes de las seis, si no, no le entregaremos a la niña esta misma noche>>

Esta gente estaba enferma, medio millón de dólares era una gran cantidad, aunque podía darlo no quería desperdiciar mi dinero.

<<¿Cómo sé que puedo fiarme? Si os atrevéis a hacerle algo a la niña os juro que os encontraré y os mataré con mis propias manos>>

<<Tranquilo, se la entregaremos sana y salva

Ahora mismo tenía una mezcla de sentimientos encontrados, me sentía furioso y eufórico, no debía de decirle nada a Emma hasta que no estuviera seguro, tenía que ver a esa niña con mis propios ojos. Me levanté para ir al minibar a ponerme una copa, estaba a punto de hacer una locura, marqué el número de mi investigador privado, era hora de saber la verdad, quería enterarme de todo lo que ha estado haciendo Emma y más sobre esa niña.

— Hola, señor Miller. ¿Qué es lo que necesita?

— Necesito que me busques información de una persona —contesté mirándome en el espejo. 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo