Capítulo 2

Maximiliano Carbajal

Washington, Estados Unidos.

-Mi pequeño no puede estar muerto ¡Esa mujer tiene la culpa! Maximiliano debes ir a México y averiguar qué ocurrió con tú hermano –Dice, mi madre con lágrimas en sus ojos.

En este momento está desconsolada con la noticia de la muerte de mi hermano Marcelo.

Marcelo cuántos años han pasado del último día que nos vimos por última vez. Cuando mi hermano llegó de repente a casa durante mis vacaciones para anunciar que iba a casarse con una chica que conoció en su universidad.

Recuerdo su discusión con mis padres porque no estaban de acuerdo con ese matrimonio, porque para ellos su elección de esposa no era todo lo que esperaban para la futura mujer de un Carbajal.

-Mamá es quien amo, no puedes tratar de imponerme quien debe ser mi esposa. Ella, es una mujer buena. Si, se dieran una oportunidad de conocerla verían cuan valiosa es y su corazón puro.

Pero mi madre al igual que mi padre estaba renuente a dicho matrimonio. Incluso yo lo estaba a pesar que ni conocía a la futura mujer de mi hermano.

Conociendo a Marcelo debe ser una chica buena, porque mi hermano elije de acuerdo con sus valores no se deja llevar por la apariencia física de una mujer. Me preguntó cómo debe ser esa mujer para que mi hermano tomara la decisión de casarse con ella.

Recuerdo que una vez experimente esa ilusion con una tierna chica que conocí, cuando fui de visita a la universidad de mi hermano.

Ella, estaba sentada con sus rodillas cruzadas bajo un frondoso árbol con un libro entre sus piernas contemplando un libro concentrada en su lectura. La brisa jugaba con sus risos castaños mientras ella apartaba el cabello de su frente.

Era una visión hermosa que provoco que mi corazón se acelera. Me pude imaginar una vida a su lado. Por eso mismo no me resistí en presentarme con ella.

-Hola, tú debes ser un ángel que cayó del cielo –Murmuro tontamente.

-Disculpa. Te conozco tú debes ser nuevo en la universidad porque no te recuerdo –Me dice la chica con una de las sonrisas más hermosas que he tenido el placer de admirar.

-No, me conoces ni estudio en esta universidad. Pero me encantaría ser estudiante para coincidir contigo siempre que saliera de clases –Digo lo primero que se me viene a la cabeza.

Bien, hecho Max ahora pensara que eres un idiota.

Pero en lugar de juzgarme me regala una cálida sonrisa dejando su libro a un lado para ponerse en pie. Yo estiro mi mano para ayudarle ella acepta con agrado.

-Gracias, eres muy amable –Es ahí cuando su aroma me envuelve y sé que estoy perdido por esta chica –Por cierto soy Ali es un gusto conocerte.

¡Ali!

Regreso de mis recuerdos dejando atrás a esa dulce chica que me robo mi corazón de quien no volví a saber nada desde ese día. A pesar que la busque muchas veces para dar con ella. Incluso acose a mi hermano con infinitas peticiones de ayuda para dar con Ali no obtuve resultados. Él se ofreció en ayudarme. Pero los días pasaron sin un resultado.

Siempre que hablaba sobre ella y describía sus facciones mi hermano Marcelo actuaba raro. Pero me convencí que solo era mi imaginación. Eso continúe pensando hasta un día que le mostré un retrato de ella a mi pequeño hermano. ¡De mi Ali!

-Max, deja de buscar a esta chica. De seguro ya tiene novio y tú andas desesperado por dar con ella. Mejor olvídala –Mismo argumento de siempre.

A veces notaba a mi hermano molesto cuando sosteníamos una conversación que involucraba a la mujer de mis sueños. Solo me basto un único encuentro con ella para saber que Ali era mía.

Despues de un tiempo observo a mi hermano entendiendo sus sentimientos por esa chica que se convertirá en su esposa. Se, que no soportaría perderla por culpa de mis padre.

Me gustaría conocer a quien es el amor de mi hermano. Ese fue el único pensamiento que tuve en su momento referente a la mujer quien sería su esposa y la madre de sus hijos.

Ahora todo era diferente mis padres tenían una opinión muy distinta de esa chica sobre todo después de recibir la visita de una mujer exigiendo dinero en nombre de esa chica. Ella, se identificó como su tía quien fue enviada por Alicia.

Alicia ese era el nombre de la mujer de mi hermano. Tan parecido a mi Ali…

-Vengo en representación de mi sobrina, ella no pudo venir porque debe cuidar de sus hijos la pobrecita. Por eso mismo decidí venir a búscalos a ustedes. Desde que su marido murió han quedado en la completa calle.

¿Que están en la calle ella y mis sobrinos? ¿Qué sucedió con el dinero de mi hermano? Pero eso no es lo importante aquí… Si no el hecho que mi hermano murió y tengo sobrinos.

-Por eso me envió a pedir dinero para salir de este problema. Ustedes son personas con muchos recursos. Pueden ayudar un poco a mi sobrina con varios Miles de dólares.

Marcelo muere dejando sin nada a su familia. Esto, no puede ser debo investigar que está pasando.

-De acuerdo, tendrán el dinero. Pero antes quiero hablar con Alicia y conocer a mis sobrinos –Digo, con voz ronca conteniendo mi dolor por la pérdida de mi hermano.

Observo con atención el rostro de la mujer madura ante mi… no, noto algún indicio en ella. Que se trate de una mentira. Pero por alguna razón no confío en ella.

Necesito hablar con Alicia tener un panorama más amplio de la situación. ¿Porque ahora busca exactamente ayuda nuestra después de tanto tiempo?

Hasta donde tenía entendido ella y Marcelo habían rechazado cualquier ayuda de mis padres en el pasado por orgullo. Al no ser visto con buenos ojos su matrimonio. Entonces que pasa ahora.

Además hay algo raro aquí nosotros no teníamos conocimiento que tenían hijos hasta este momento. Parece como si nos estuviera ocultando esa información. Pero esta mujer se presenta solicitando dinero para ellos.

Definitivamente hay algo que no cuadra aquí. Mi hermano murió hace un mes y nosotros nos enteramos ahora por esta mujer solo por el simple hecho que necesita dinero. También conocemos hoy que mi hermano Marcelo tuvo dos hijos con esa mujer.

Alicia Montes de Carbajal

-Niños recojan solo unas pocas cosas para la mudanza por favor –Pido a mis hijos conteniendo mi nudo en la garganta.

Después que el señor Ortiz arreglara todo con los representantes legales de cobros, tuve que poner en venta cuanta propiedad teníamos. Luego de eso solo disponíamos de poco dinero que pudo guardar el señor Ortiz para nosotros. Además nos había buscado un pequeño departamento alquilado para mudarnos del lugar que siempre llamamos hogar.

¡Que doloroso era todo esto para nosotros!

Incluso debíamos privarnos de llevar con nosotros varias pertenencias que en algún momento compramos con mi marido para nuestros hijos. ¡Dios esto es muy doloroso!

Si tan solo yo me hubiera involucrado en los negocios de mi esposo o si en lugar de dedicarme hacer ama de casa ejerciera mi carrera las cosas fueran distintas. Es ahora que me veo en esta penosa situación que me doy cuenta lo inútil que soy.

-Están listos Alicia debemos irnos querida –Murmura el señor Ortiz con una sonrisa triste en sus labios.

Asiento, resignada a nuestra triste realidad tomando nuestras maletas para marcharnos de nuestro hogar el lugar que está lleno de hermosos recuerdos con mi esposo. Que jamás vamos a recuperar ¡Adiós mi amor!

Maximiliano Carbajal

-¿Por qué debes ir Max a México? No, puedes resolver esta situación enviando una persona que se encargue de las necesidades de esa mujer y sus hijos. ¡Oh igual darle el dinero a su tía! –Pregunta mi prometida Pamela.

-No, puedo enviar a nadie con ella. Debo ir personalmente a resolver este problema. Además mis padres quieren que averigüe todo lo que sucedió con mi hermano Marcelo y esa mujer. Tengo sobrinos, ellos según dijo su tía están desamparados con ella. Y como comprenderás Pamela nadie con la sangre Carbajal puede sufrir calamidades. No, importa de quien sea su madre.

Pamela hace un puchero como acostumbra para salirse con la suya pero en esta ocasión es diferente ella no va evitar que viaje a México en unas horas a cumplir con las ordenes de mis padres. Que son recuperar lo que nos pertenece.

Mis sobrinos son nuestra sangre no tienen por qué pasar penurias junto a esa mujer. Por eso mismo mis padres me ordenaron ofrecer a esa señora el dinero suficiente para que nos ceda su custodia legal de los hijos de mi hermano.

-Eres cruel Maxi… Vas, a privarme de ti por unos días solo por esos niños y esa mujer. Que seguro es una cazafortunas. Basta con ver a su querida tía para darse cuenta –Dice, Pamela besando mi mejilla para luego buscar mis labios.

-No, tengo tiempo para caricias Pamela mi vuelo sale pronto debo estar en el aeropuerto en poco tiempo dejemos esto para después –Digo, mientras me alejo de ella.

-De acuerdo, Maxi pero no olvides que estaré esperando por ti a tú regreso mi amor –Claro, que no lo olvido pienso con una sonrisa.

Algo que tiene Pamela es que su actitud niñada me encanta incluso cuando se pone de malcriada como en este momento. Aunque ella no es mi Ali ¿Qué sucedió contigo? Me pregunto mientras me recuerdo que la vida sigue sin ti.

Me despido de mi prometida con la promesa de vernos lo más pronto posible a mi regreso.

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