Ahora que sigue entre nosotros
Ahora que sigue entre nosotros
Por: Francisca Acosta
Capitulo 1

Alicia Montes de Carbajal

Ciudad de México. D.F

-Alicia es una verdadera pena, pero me temo que está es tú nueva realidad querida. Lamentable con la muerte de tú esposo su empresa, quedó en manos de su socio por un acuerdo que llegaron a establecer ellos en su momento. Sin embargo el incumplió con los contratos que tenían, ahora se ha vuelto un serio inconveniente, todo esto llevando a infinidad de problemas para la compañía. Que en este momento debemos remediar si queremos evitar que las compensaciones por incumplimiento nos lleven a enfrentar demandas legales.

-Señor Ortiz disculpe si no logro entender que trata de decirme…

-Querida no sé cómo decirte esto. Pero tú y tus hijos han quedado sin ningún centavo -¡Dios cómo esto es posible! -Su socio vacío la empresa llevándose todo con él mí querida Alicia. A ustedes solo les queda deudas a pagar. Para las cuales me temo tendrás que poner a la venta lo poco que no esté en empeño.

¡Santo Dios! Mi esposo murió hace ocho días, ahora me tengo que enfrentar a esta triste realidad. ¿Qué pasara conmigo y mis hijos?

-Voy a tratar de mantener un poco de capital para ayudarlos. Pero no será mucho Alicia, quizás unos cuantos Miles de dólares para que puedan vivir por unos meses. Debes buscar ayuda de tus familiares o tal vez los familiares de tú esposo puedan apoyarte…

Yo niego con mi cabeza, cuando escucho sobre pedir ayuda a la familia de mi esposo. Eso simplemente no pasará.

De ellos no se nada hace muchos años. Para mi pesar cuando me case con el padre de mis hijos sus padres repudiaron nuestro matrimonio porque no me consideraron nada digna de su hijo.

El motivo era que no pertenezco a una familia con dinero como mi esposo, sino a una clase social que a penas arañaba la media. Pero eso no era todo para los padres de mi marido el hecho de ser huérfana era un problema también. Como si no tener mis padres conmigo era algo inaceptable para ellos.

Como si tuviera la culpa que mis padres murieran en un accidente cuando tenía siete años. Tan poco tenía culpa de caer en las manos de la hermana de mi padre quien se hizo cargo de mi bajo protesta.

Pero recibió una motivación para hacerse cargo de mí al final el seguro de vida de mis padres. Que aunque no era mucho dinero era suficiente para vivir un tiempo sin preocupación.

Claro así hubiera sido si mi tía no se lo hubiera gastado en sus lujos en aquel tiempo.

-Hija debemos buscar una manera para que tú y los niños no queden desprotegidos. Yo trato de hacer lo posible, Alicia pero te pido que busques a su familia política. Ellos tienen una buena posición económica en los Estados Unidos, cómo madre de sus hijos pienso que pueden apoyarte.

-Señor Ortiz, aunque quisiera acudir a la familia de mi esposo eso será imposible… ¿Por qué ellos cuando nos casamos rechazaron nuestro matrimonio? Jamás estuvieron de acuerdo. Y en todos estos años no hemos tenido noticias de esas personas. Ni cuando nacieron mis bebés.

Un sollozo brota de lo más profundo de mí ser ¡Porque ya no puedo más contener mis lágrimas! Diosito que voy hacer ahora.

Yo dejé de trabajar cuando me case dedicándome solo a mi hogar, esposo e hijos.

Tengo un título en asistencia legal, pero tengo tanto tiempo de no ejercer que no me siento capaz de realizar de nuevo ese trabajo.

Pero tendré que sacar fuerzas y valentía de dónde sea para salir adelante con mis hijos.

-Alicia, hija lamento mucho todo por lo que tendrás que pasar sola. Pero te prometo que en todo lo posible que pueda guardaré algo de dinero para ustedes.

-Esta bien, señor Ortiz es muy considerado de su parte… también, quiero pedirle un favor si es posible. Puede mantener esto solo un tiempo en secreto, no quiero que mi tía se enteré… ella, no tomara muy bien está situación.

Asiente sin preguntar mis motivos. Porque no hay necesidad de hacerlo él conoce como es mi tía. Ahora que el dinero se acabó y quedamos con mis hijos prácticamente en la calle estoy segura que ella explotará.

Una vez más me dirá que soy una carga en su vida como me lo repetía todos los días de mi vida desde que tenía siete años.

Otra vez en mi vida me quedo sola con la diferencia que está vez tengo por quien luchar mis pequeños hijos. Por ellos seré valiente contra lo que se me venga encima.

Horas después residencia Carbajal.

-Alicia finalmente llegas estás enterada que había una orden para embargar los automóviles. Hoy vinieron cuando estabas fuera para llevárselos. Me estás escuchando muchacha me puedes explicar que está pasando.

¡Dios que dolor de cabeza!

-Esta bien, resolveré ese problema tía solo dame un respiro por favor…

-Quieres un tiempo para respirar estás loca que tienes en esa cabeza tuya muchacha. Hasta cuándo debo andar tras de ti para que las cosas se hagan como Dios manda. Mi error por hacerme cargo de una chica como tú cuando murió mi hermano.

Porque siempre tenía que repetir siempre lo mismo desde que tenía siete años. Acaso tenía otras opciones pero no fue así… No, me quedo otro remedio que vivir con ella.

¡Hasta cuándo debo soportar su maltrato una y otra vez! Ya basta no soporto más.

Acaso no entiende cuánto dolor siento en este momento… A penas han pasado unos días de su muerte, perdí a mi esposo en un accidente automovilístico que me arrebato al amor de mi vida ¡Dios porque no tiene un poco de empatía conmigo!

Está haciendo lo mismo que cuando murieron mis padres. Con la diferencia que ahora soy adulta. En esta ocasión no pienso permitir que se desquite conmigo por su mal genio una vez más, estoy a mi límite.

¡No soporto más!

-Basta tía por muchos años he permitido múltiples abusos verbales de tú parte pero en esta ocasión es diferente. Perdí a mi esposo hace ocho días me siento perdida en este mundo pero debo ser fuerte por mis dos pequeños hijos que necesitan una madre fuerte. Para luchar por su bienestar.

Mi tía Jaqueline trata de decir algo pero simplemente no se lo permito levantando mi mano para detener su subsiguiente protesta.

-No, quiero una palabra más de ti que no sea agradable. Si, es tan difícil comprender mi situación y el gran dolor que experimento en este momento prefiero que te reserves tus palabras.

No, aguardo por ninguna palabra más de esa mujer. Que a pesar de llevar su sangre me trata como una extraña.

-Muchacha ingrata un día te vas arrepentir por tratarme de esa forma…

Mis pasos me conducen rumbo a la habitación de mis hijos, a pesar de la distancia todavía puedo escuchar los gritos de protesta de mi tía Jaqueline pero está vez no pienso complacerla. Ya tuve suficiente de ella.

Abro la puerta de la habitación de mis bebés con una gran opresión en mi pecho después de mi mañana. Y descubrir que estamos completamente en la calle. ¡Dios solo dame un poquito más de fuerzas para resistir!

¡Debo ser fuerte por el bien de mis pequeños!

Ellos permanecen uno junto al otro en la misma posición que los dejé está mañana sobre una de sus camas.

Mis pobres hijos están sufriendo con la pérdida de su padre.

Subo arriba de la cama para colocarme en medio de ambos así poder abrazarlos y mantenerlos pegaditos a mi cuerpo.

-Mamá extraño a papá… -Dice mi pequeña Mariana con lágrimas en sus ojos y con vocecita quejumbrosa.

¡Cuánto quisiera decirle otra cosa diferente a la muerte de su padre!

Fingir que su padre está trabajando en la empresa y que pronto llegará en cualquier momento. Pero, nuestra realidad es otra su papito falleció. Y nunca volveremos a verlo entrar en esta casa con su hermosa sonrisa.

¡Dios no soporto este gran dolor!

En el caso de mi hijo Marcelo no murmura nada… Me, preocupa porque ni siquiera ha llorado por la pérdida de su padre.

-Hijo, estás bien. Por favor quieres hablar conmigo sobre lo que está pasando -Pero, mi pequeño solo niega con su cabecita contra mis costillas.

Mi niño necesita ayuda para exteriorizar su pena.

Quizás con una persona profesional el se sentirá bien para hablar en lugar que conmigo por lo que me siento obligada a buscar esa ayuda para mi hijo.

Porque noto que conmigo no tiene ninguna intención de hacerlo. A pesar de ser su madre no quiere hablar sobre que está conteniendo sus emociones. Por eso mismo debo darle su espacio de la mejor manera posible.

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