KIRA
Mi plan ya estaba en marcha y sé que lo voy a lograr. No es nada personal, pero ni loca me arriesgo a que mis padres me casen con un viejo de este pueblo o con el energúmeno del mayor de los Koller. Eso es lo que dice Demetry, y no me veo en esa vida donde me digan qué hacer, pero sí una llena de lujos y viajes.
Solo debo esperar y sé que está a pocos días de caer, porque no soporto un día más en este pueblo jugando a ser sumisa, aburrida y callada.
Entré a la casa de Erika para terminar de arreglar un problema.
—¡Kira! ¡Qué sorpresa tenerte aquí! Me hubieras dicho que venías y te recibía mejor.
—Vine a algo puntual, ¿de dónde sacaste el diseño que me disté? Y no te hagas la desentendida que sabes muy bien del cual te hablo, tampoco me digas que lo hiciste tú y no estoy de buen humor. ¡Te escucho!
—¿Ya lo utilizaste?— Niego —. A mí no me gusta ni tomar un lápiz.
—Eso lo sé, no fue mi pregunta.
—Se lo vi a Emma entre sus cosas y cómo quería ayudarte, te lo di.
—¿A