Liah
—Ella debió tener el mismo destino que los otros.— Tía.
—¿Los otros? ¿Qué hiciste?
—Tú me quieres quitar lo que es mío, como ella lo hizo, y ahora eso se metió.— ¿Por qué grita?
—Cuida tus palabras. ¿Te estás escuchando? Estás mal. Lo que dices no tiene coherencia.
—Yo tenía un plan, ella se metió y tú lo arruinaste todo.
—Fuiste tú la que arruinó todo, lo querías todo y terminaste por llevarme a mí por el medio.
—Tía, ¿está brava? —Tome su mano —. Parece que no está bien, ¿qué le pasa?
—¡Cállate, niña! —Grita la señora.
Mi tía me esconde detrás de ella, viéndome molesta.
—Silencio, Liah —me ordena. Luego mira hacia la señora—. Regresa a tu casa, olvida lo que sucedió, esa obsesión tuya está mal.
—Ella es un error, debe morir y va a morir, junto contigo.
—Das un paso más y juro que no respondo.—Mi tía se ve enojada.
—No me importa el orden, puedo matarte primero a ti y luego a ella.
Se escuchó un ruido horrible. Ahora aparezco en una casa en llamas.
—¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi