**ÚRSULA**
El niño asintió, apretando los labios.
—Sí… mami, es enojada.
—Entonces no le digas nada. Solo toma la llave cuando ella no mire y tráemela, ¿sí? Es nuestro secreto.
Sus ojitos se agrandaron, y por un momento, pareció sentirse parte de algo importante. —¿Cómo los superhéroes?
—Exacto —sonreí, conteniendo las lágrimas—. Como un héroe de verdad.
—Bueno… —dijo con una sonrisa tímida—. Pero tienes que prometerme que me contarás un secreto después.
—Prometido —le guiñé un ojo.
Él asintió decidido, se dio media vuelta y salió corriendo por el pasillo abajo con sus zapatillas haciendo poco ruido. Me quedé junto a la puerta, conteniendo el aliento.
Es