Mundo ficciónIniciar sesiónLa puerta se abrió con un golpe. Sarah no soltó a Nicolás, al contrario, se puso entre él y los que estaban en la puerta: Álvaro, David, Diego, el oficial que estaba en casa de Juliette y dos carabineros más.
—Déjala, Nicolás —ordenó Álvaro bruscamente.
—Álvaro… —Sarah rogó por su hermano— No le hagan daño, él no hizo nada.
—Te secuestró.
—Yo accedí a venir con él, Álvaro, él no me obligó.
—Debemos llevarlo preso, hay una orden de arresto —dijo el oficial.
—¡No! Álvaro, por favor… —volvió a suplicar— Es mi hermano.
—Tienen una orden de arresto —respondió Álvaro impasible.
—No, tú puedes hacer algo, por favor.
—No puedo, no despué







