Mundo ficciónIniciar sesiónKatia no contestó. Tomó unas hojas de la bandeja y comenzó a archivar unos exámenes.
—No por nada lo vas a ver cada tarde antes de irte.
—Es mi trabajo, soy su enfermera, estoy a cargo de sus cuidados.
—¿Y por qué no pasas a ver a los otros también?
Katia no hizo caso y siguió archivando los documentos.
—No te enojes, Katita, tú sabes que yo te quiero y has estado demasiado tiempo sola después que el idiota de tu novio te dejó plantada, pero ¿un enfermo de la clínica? ¿Qué le viste?
Katia miró a su amiga, no tenía explicación, simplemente cuando él llegó, lleno de tubos y mal, sintió que la necesitaba. Luego, cuando abrió los ojos y la miró… su corazón se detuvo un instante. No podía hablar, apenas moverse, pero ella lo sentía perfe







