Mundo ficciónIniciar sesiónSarah miraba a su padre como un total desconocido, estaba descontrolado. Quería escapar con ella, según él, ella lo era todo para él, no le importaba Nicolás ni nadie, que todo lo que había hecho, fue por ella, para escapar juntos. Discutían en la sala de la casa de Álvaro.
—¿Qué estás diciendo?
—Tú eres mi única hija, te necesito a mi lado.
—¿Y Nicolás?
—Él no me importa.
—¿Cómo puedes decir eso? ¡Él es tu hijo, también!
—Nicolás jamás fue mi hijo, fue un… error, un desafortunado error.
—Eres un desgraciado, no mereces que nadie te llame padre.
—No digas eso, por favor, hijita. Vamos, escapemos juntos, tengo mucho dinero que quiero y puedo compartir contigo. Yo te amo, eres mi niña…
—&iexc







