Si Dave no hubiera hecho pública su relación con Bianca en la última rueda de prensa, esas empresas no solo habrían retrasado sus proyectos. Habrían cortado vínculos con su agencia por completo.

Y si eso llegaba a pasar, ni siquiera los quinientos millones que reunió empeñando el diamante rojo serían suficientes para salvarla. Los negocios desaparecerían y la agencia colapsaría sin remedio.

Bianca no entendía cómo Reece pudo traicionarla de una forma tan cruel. Los ataques no cesaban, y parecía que nunca lo harían.

Era un ataque completo, diseñado para destruirla.

Cuanto más pensaba en ello, más fría se sentía. La traición de Reece no solo había sido planeada, también había sido despiadada.

Pero lo que más le dolía era no poder demostrar su inocencia.

Reece, el abogado en quien una vez confió, se había convertido en su peor enemigo. Si ahora cuestionaba el contrato adicional, solo empeoraría las cosas y terminaría aún más atrapada.

En ese momento, su prioridad era reunir todos los