Felipe tuvo una fuerte discusión con Lucía en la habitación del hospital.
Sin importar qué le propusiera, ella no cedía en denunciar a Jenifer.
Tamara, que esperaba afuera de la habitación, escuchó cuando Felipe dijo:
—Anoche se cayó al suelo. La herida se le abrió y perdió mucha sangre.
Finalmente, Tamara entró furiosa para unirse a la discusión.
—Felipe, ¿estás enfermo de la cabeza? ¿Casarse contigo fue cometer un pecado mortal? ¿Por eso la torturas así?
—Todo el día hablando de Jenifer. ¿Sabes que Lucía también tuvo una hemorragia anoche?
Qué coraje le daba. Nunca había visto a alguien tan descarado.
Anoche Jenifer se cayó al piso y se le abrió la herida perdiendo sangre, pero eso se lo merecía.
Cuando Felipe quiso correr hacia ella, Jenifer arriesgó su vida para detenerlo.
Tamara enfrentó la mirada peligrosa de Felipe sin temor alguno:
—Tu propia esposa, por culpa de esa maldita perdió...
—Tamara.
Antes de que pudiera terminar, Lucía la interrumpió.
Tamara volteó a ver a Lucía, qu