El punto de vista de Selina
Me quedé mirándola fijamente. Sus palabras flotaban en el aire, sin sentido. Mi corazón latía con fuerza como un animal asustado atrapado en mi pecho. Solté un suspiro profundo y tembloroso, intentando calmarme.
"De acuerdo, déjame asegurarme de que lo entiendo", dije con la voz tensa y débil. Retorcí los dedos en mi regazo hasta que me dolieron. "¿Me estás diciendo que Lucio secuestró a Adrián y... le hizo olvidar cosas? ¿Le hizo olvidar partes de su vida?" Parecía sacado de una película de locos, pero la mirada seria en el rostro de Elena me dijo que era real.
Me miró con profunda tristeza, como si este secreto fuera demasiado pesado para que lo llevara sola. "Sí", susurró. Sus manos, frías y suaves, se extendieron y sujetaron las mías temblorosas. Fue un pequeño consuelo, pero no duró. "Lo siento, pero tengo que irme".
"¿Tienes que irte?" Mi voz se disparó con incredulidad. "¡No puedes irte ahora! Hacía siglos que no tenía respuestas reales, que no tení