Diego se despidió de Grecia después del desayuno, para reunirse con Robledo en la finca San Vicente, de paso mataría dos pájaros en un solo tiro. Aprovecharía para ver a Silvia y saber cómo seguía y hablaría con su asistente acerca de sus sospechas. No le costaba pensar que uno de los hermanos fuera un traidor o incluso los dos. Después de todo él ya había confiado en la persona equivocada en el pasado.
Escogió un caballo para llegar a la finca vecina, se sentía más seguro y era mucho más rápido para acortar el camino por las veredas.
Desmontó en el patio amarró a su precioso alazán y caminó con paso lento hacia el interior de la vivienda. La casa era pequeña comparada a la casa grande de los cascabeles, pero esta se acomodaba perfectamente para Silvia, estar en una silla de ruedas no era nada fácil, él estuvo