Paolo ya no espera que Maximus le dé alguna autorización, el hombre abre la puerta sorprendida ante lo que tenía delante de él.
— ¿Por qué entras sin mi autorización? — Maximus adquiere una mirada fulminante.
— ¿Qué está ocurriendo contigo Maximus? — Paolo no le teme en lo absoluto porque cuando no estaba en la base era aquel pequeño niño que él había criado, el hombre le arrebata la botella de Whisky.
— Estoy bebiendo ¿No ves? Voy a considerar regalarte unos lentes, dame la botella Paolo.
— ¡No! Maximus, tú nunca tomas hasta este punto, estás borracho ¿qué está pasando contigo? — Los ojos azules de Albani se posan firmemente en Paolo.
— ¿No puedo tomar? — Pese a estar muy borracho Maximus no presenta dificultad para hablar.
— Claro que lo puedes hacer, pero Maximus eres como un hijo mío te conozco sé que algo no está bien contigo y quiero que tengas la confianza de hablar conmigo — Los ojos azules brilla, entonces Maximus suspira.
— Estoy aquí, solo y borracho, enfrentando la realida