C25 -RECLAMAR LO QUE QUIERE.

Narissa entró al estudio y su perfume fuerte llenó la habitación.

—¡No pienso quedarme callada! —exclamó—. ¡Elizabeth está metiéndose en asuntos que no le competen! ¡No es su lugar dar órdenes ni interrogar a miembros del consejo!

Gideon, sentado tras su escritorio, ni siquiera levantó la vista de los documentos que revisaba. Terminó de firmar una hoja, colocó otra sobre la pila y habló sin prisa.

—No tengo tiempo para esto.

—¿Así de simple? —Narissa dio un paso más, esperando que él la mirara—. ¡Ella me está desafiando, Gideon!

Él dejó la pluma y finalmente levantó la cabeza. Su voz fue tan fría que hizo que el aire pareciera más pesado.

—Tal vez ella es más luna que tú, ¿no lo has pensado?

El silencio que siguió fue cortante. Narissa se quedó inmóvil, con los labios entreabiertos, como si no hubiera entendido bien lo que acababa de escuchar. La humillación le golpeó de golpe, mezclada con esa furia que le quemaba por dentro desde hace días.

—La única lun