Capítulo 120. Poniendo las cosas en su sitio.
Julián y Erika, a pesar de estar deseosos por estar juntos, decidieron pasar antes por las habitaciones de sus hijos, fueron primero a la de Salva, se pararon de manera silenciosa en la puerta del dormitorio, tomados del brazo, mirando el mundo resplandeciente que había dentro y allí encontraron a Santiago y a Nataniel, estaban profundamente dormidos.
—Creo que la velada los agotó por completo, están en coma —dijo Julián sonriendo, refiriéndose a que estaban totalmente dormidos.
—Viéndolos así, cualquiera creería que son unos angelitos, pero nosotros sabemos los diablitos que pueden llegar a ser estas criaturas —habló Erika sin dejar de observarlos orgullosa.
La luz de la lamparilla de noche proyectaba sutiles sombras en las paredes, apenas iluminando los brillantes colores y formas que llenaban la habitación. Los juguetes brillaban suavemente en una esquina.
—Como estos pequeños están bien, veamos ahora a nuestra pequeña, Rayito.
Salieron de la habitación apagando las luces y entra