Renacer
Diez años más tarde.
Dalton respiró profundamente y cerró los ojos, tratando de calmar el torbellino de pensamientos y emociones que lo asaltaban. Mientras la limusina avanzaba por las calles de la ciudad, su mente regresaba una y otra vez a los rostros de Samuel y Alice.
Samuel, su hijo, debía haber crecido mucho en su ausencia. Dalton se preguntaba si el niño habría heredado su determinación y su fuerza. Si lo recordaría como el padre que lo abandonó o como el hombre que luchó para protegerlos a todos.
Alice, la mujer que alguna vez fue el centro de su universo, ahora se sentía como un sueño distante. Había pasado tanto tiempo, y la incertidumbre de no saber si ella había encontrado a alguien más lo carcomía por dentro.
El traqueteo del vehículo sobre los baches de la carretera lo sacó de sus pensamientos. Abrió los ojos y miró por la ventana, observando cómo las luces de la ciudad parpadeaban como un recordatorio de la vida que había dejado atrás. Finalmente, se permitió un