Capítulo 16. Un traidor.
Sin embargo, Yara no contó con que lo ocurrido en la otra manada tuviera repercusiones en la suya, y al día siguiente empezaron las protestas en la suya.
Se despertó y los gritos en el exterior la hicieron levantarse, caminó hacia el balcón y allí vio a la gente alborotada, intentando entrar en la casa de la manada mientras la guardia los retenía.
“La alfa Yara quiere hacer retroceder a nuestra manada”.
“¡No queremos trabajar la tierra!”
“¡Queremos modernidad!”
“Una mujer no tiene la inteligencia para dirigirnos”.
“Queremos un alfa hombre, ella debe tomar a su mate”.
Eran los gritos que se escuchaban mientras ella los observaba con los ojos entrecerrados.
En ese momento, apareció su hermano detrás de ella.
—No te preocupes, nosotros lograremos apaciguar a la gente, tal vez explicarles los motivos por lo que preferiste destinar esas tierras a la siembra —expresó su hermano.
Sin embargo, ella negó con la cabeza y habló con firmeza.
—¡No! No voy a dar explicaciones para decirles cómo deb