105. NUESTRO PACTO
KANE
Mi dedo va a hundir la tela sobre su coño, que está mojada en el centro y no precisamente de la lluvia, acaricio su centro por encima de la braga, escuchándola gemir y estremecerse.
Bajo mi bóxer abultado y saco mi miembro erecto y duro, siseando de placer.
Los ojos de hechicera se fijan en mi torso musculoso y luego se relame observando como me masturbo entre sus piernas.
— Mmmm lobo – eleva su pelvis y se muerde los labios cuando hago a un lado la braga y mojo mi dedo en ese coño lujurioso lleno de miel.
Me inclino a mamarle los senos como un adicto, mis caninos salen rozando su sedosa piel.
Abajo la dilato con dos dedos que entran y salen resbalosos de esa vagina que muero por cogerme.
Mi otra mano trabaja mi miembro con rudeza, no aguanto más, necesito montar a mi hembra ahora.
Mi lobo aúlla desesperado en mi mente, llamándola, queriéndola conquistar, deseando enlazarla para siempre a nuestro lado.
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EMILY
Gemí haciendo retumbar los cristales empañados cuando esa gruesa y