Alessia
Despierto con los ojos vendados y las manos atadas recostada en una superficie blanda, trato de no moverme para escuchar, mantener la respiración rítmica a modo que crean que sigo dormida, se escuchan pasos y el crujir de la madera, eso me da indicio de que estamos en una cabaña por lo tanto en medio de la nada.
-Sigue dormida - no reconozco la voz pero si el acento, es italiano el único enemigo que tenemos son los Moratti a menos que sean contratados.
-¿Qué tanta de dosis le diste? Creo que se te excediste - este otro no es italiano.
-Lo necesario para cinco horas - cinco horas, entonces ya es de madrugada o a punto de amanecer.
-¿Cómo sigue Dante del golpe?
-Esta con la bolsa de hielo en las bolas- le hubiera dado más duro, malditos cerdos.
-Déjala dormir, el jefe no tardará en llegar.
-Desde luego - pasa sus manos por mis piernas.
-Cálmate, no puedes tocarla.
-Que mierda, esa mujer es el infierno ¿crees que estarla vigilando todo este tiempo y verla como se la comía el imb