Capítulo 5 – La venganza.
Una puta enajenación mental, eso es lo que tenía en mente, y ni siquiera se detuvo, aun cuando hubimos esclarecido nuestros términos. No podía arrepentirme, fue una de sus peticiones.
Me vestí con un vestido blanco de flores, y le aseguré a mamá que iba a salir con las chicas, no había más que puesto un pie en la calle cuando el teléfono comenzó a sonar. Era Maca.
- Hola pedorra – saludé, echando a andar hacia el norte de la isla, justo donde se encontraba el hotel en el que habíamos quedado.
- Lu, tenemos que hablar – aseguró, preocupándome. Me paré en seco y la escuché – quedemos para hablar sobre ello.
- Justo esta noche no puedo – le dije, metiéndome por una estrecha calle para acortar el camino – tengo planes, pero te prometo que