A Logan no le quedó más que asentir, confirmando las palabras de Day.
Hasta cierto punto, ella tenía razón: Mónic era inteligente, audaz, no muy fuerte debido a los ataques de ansiedad, pero su carácter… ese sí que era de verlo y sostenerlo con pinzas.
Aunque, dejando a un lado la ansiedad, de esa leona podría esperarse cualquier cosa.
Ya le había demostrado que con ella no se juega, ni en lo laboral ni en lo personal.
El punto era que, definitivamente, Logan no quería ser como el protagonista del libro. Aunque eso de querer y hacer no le saldría del todo bien.
—¿Y qué te parece? —preguntó Kelly.
—Me ha gustado mucho. Te mantiene al borde todo el libro y no esperas lo que va a pasar. El romance perfecto y el toque de erotismo le dan el toque picante —respondió todo entusiasmado.
—¡¿Verdad que sí?!. Yo le digo a la jefa que era un desperdicio cuando trabajaba… de otra manera —sonrió.
—Pero eso me trajo hasta aquí —y era verdad.
Todo en la vida tiene un propósito. Day había comenzado es