Theo esperaba que, luego de contarle aquella historia, Anya reaccionaría de una manera completamente diferente a la que lo hizo.
Esa noche no pudo pegar los ojos, pues el secreto que tanto guardaba, por fin, había sido revelado y no sabía qué venía después.
Mientras el hombre esperaba a que el cansancio lo venciera, su móvil iluminó su habitación al recibir un mensaje.
- “No importa lo que suceda, ¿Sabes que te amo? ¿Verdad? ¡Cuídate!”
Aquel mensaje, por un momento lleno su alma, no lo quería reconocer, pero esperaba algo diferente; sin embargo, no importaba lo que hacía aquí, nada había cambiado.
A la mañana siguiente, para el desayuno, Theo notó que Anya no había bajado aún, Robert miró la silla vacía y preguntó:
- ¿Sucedió algo entre ustedes anoche?
Theo reflexionó por un momento y luego habló.
- Le conté todo… -dijo Theo con seriedad.
Robert casi se atraganta con el té, pero luego se compuso y dijo:
- Creo que no lo tomo muy bien, ¿Verdad?
- Aún no lo sé, Robert, aún no