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Capitulo 8: ¡Tú no hiciste nada malo…!

- Lili, ¿Estás bien? ¡Por favor, ábreme! ¡Lili! ¡No me preocupes! ¡Anda, ábreme! ¡Por favor... Lili! -decía Dayana en tono suplicante, sintiendo un gran nudo en la garganta.

- No… No… No debí… No debí venir, esto… Esto no… No es para mí… -dijo Liliana dentro del baño, mientras sus lágrimas se mezclaban con lo que sea que le hubieran dejado caer y que despedía un nauseabundo olor.

- Liliana, ¡Ábreme! ¡Quiero ayudarte! ¡Por favor! ¡Somos amigas! ¿No? ¡Abre la puerta, quiero entrar para ayudar a limpiarte! -dijo Dayana con lágrimas en los ojos y voz quebrada.

Dayana entendía lo difícil que había resultado ir al baile de graduación, ahora con esto, se sentía muy culpable de haber incitado a su amiga a asistir. Cuando lo hizo, jamás imagino que todo terminaría en ese desastre.

- ¡NO! ¡NO QUIERO QUE ME VEAS ASÍ! -gritó Liliana entre sollozos.

 - ¡Lili, te juro que Frida, Thiago y todos los demás, pagarán esto! Todo esto lo sabrán tus padres, pero… ¡Por favor! ¡Abre la puerta, Lili! -repetía una y otra vez Dayana intentando forzar la puerta del baño.

Liliana no podía dejar de llorar, miraba el vestido de su madre y no podía evitar sentirse terriblemente mal. En cuestión de segundos, aquella bella pieza la había estropeado por completo.

Dayana, tratando de calmarse, se sentó en el suelo, sacó una cajetilla de cigarros y comenzó a fumar.

- Lili, ¿Recuerdas cuando nos conocimos? En mi primer día, el único lugar disponible era a tu lado, olvide mi pluma y tú me prestaste una, no hablaste, solo me tocaste el hombro, ¿Lo recuerdas? -dijo Dayana dándole varias caladas a su cigarro.

- Te… Te va… van a regañar si… Si se dan cuenta de que estás fumando… -se escuchó la voz de Liliana al otro lado del baño.

- ¡Me vale m****a! ¡Oye! ¡Vamos! Debemos limpiarte e irnos a casa. Acuérdate de que mañana es la graduación y no les vamos a dar el gusto de no venir. -dijo Dayana levantándose del suelo.

Liliana, sabía que no podía quedarse encerrada ahí toda la vida, por lo que conforme avanzaron los minutos, se fue tranquilizando y finalmente, llego el momento en que abrió la puerta del baño.

- De peores cosas hemos salido… Nada que un poco de agua no quite. -dijo Dayana al verla.

Hace poco más de una hora, Dayana y Liliana habían llegado al estacionamiento del salón. Tan pronto lo hicieron, varios de sus compañeros las observaron, Liliana creyó que por ir vestida y arreglada como iba, eso estaba llamado la atención, lo que ninguna de las dos imagino, era lo que vendría para ellas.

Al entrar al salón, Dayana fue apartada de Lili por Thiago, quien con el pretexto de hablar la llevo a los jardines frontales.

Liliana, solo vio cómo Thiago se llevaba a Dayana y esta no ponía resistencia, aquello se le hizo extraño, pero no tuvo tiempo de reaccionar.

- ¡Hola, loser! ¡Jamás creí que vendrías! -dijo Frida Quintana abrazando a Liliana.

- Fri… Frida… Yo… Yo… Solo qui… quiero pasar… una… una buena noche. -dijo Liliana con evidente nerviosismo.

Frida Quintana sonrió maliciosamente y apretó su abrazo, ella era quien, desde secundaria, había hecho de la vida de Lili, un verdadero martirio.

- Yo… Yo… Yo… ¿Tú, qué idiota? ¿Tú qué? ¡Tú, maldita enferma, no deberías estar aquí! ¡Óyelo bien! ¡Aquí nadie te quiere! ¡Tú y la estúpida de tu amiga mancharon nuestro historial! ¿Sabes una cosa? Todos nos unimos y te vamos a dar un regalito especial…

- ¡Sí! ¡Uno muy especial! -dijo Bruno, el mejor amigo de Thiago.

Liliana, al verlo y ver el semblante con el que la miraba, entendió que, definitivamente, algo estaba mal.

- ¡Lilianita! ¡Lilianita! Sí que fuiste muy tontita, bueno, todos sabemos que estás media tarada, pero hoy si te pasaste… -dijo Bruno rodeando la cintura de la chica.

Mientras tanto, en el jardín frontal, Thiago tenía abrazada a Dayana, intentaba seducirla para mantenerla entretenida.

- ¡Creí que no vendrías! Hubiera sido una lástima que no trajeras a Liliana, le tenemos prep…

Thiago corto la palabra al darse cuenta de lo que estaba a punto de hacer.

- ¿Qué estabas a punto de decir? -dijo Dayana, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.

- ¡No, nada! ¡Olvídalo!

- No, nada de, olvídalo, dime ¿Qué demonios estabas a punto de decir?

- Nada, nada… -dijo Thiago levantando las manos y poniendo cara de inocente.

- Thiago… Te doy cinco segundos para que me digas que era lo que ibas a decir…

- Uno, dos…

- ¡Está bien! -dijo Thiago de manera fría. - ¿Quieres que te diga la maldita verdad? -dijo mirando su reloj.

- ¡Sí!

- En este momento, Liliana debe estar recibiendo su merecido por acusarnos con los directivos y tú, mi querida Dayana, no podrás hacer nada, porque debido a lo ingenua que eres estás aquí y no con ella, mírate, ¡Eres patética!

Mi único trabajo era distraerte y mantenerte lejos de la idiota de mi hermana, ¡Lo logré! Y de una manera tan sencilla. -dijo Thiago en tono burlón.

- ¡LILIANA! -grito Dayana al darse cuenta de las palabras de Thiago.

A pesar de que pareciera que, nunca hubo consecuencias de lo que había sucedido a inicios del año escolar, resultaba que sí, puesto que Frida, Thiago y el salón completo habían sido reportados como discriminadores.

Aquello provoco que todo el grupo se uniera, de buena o mala manera, para buscar la manera de vengarse.

Evidentemente, sabían que mientras estuviera Dayana, sería un problema, ahí fue donde entro Thiago, quien se había encargado de conquistarla.

El plan inició en el mismo instante, en el que ambas chicas llegaron al salón, ahora, muy a pesar de que Dayana corría para dentro del salón, ya era demasiado tarde.

Frida, junto a varios compañeros, habían llevado a Liliana al jardín trasero del salón y ahí mismo, le habían dejado caer una mezcla que emanaba un nauseabundo olor.

Para cuando Dayana llegó a donde se había producido todo, el daño ya estaba hecho. Todo el mundo grababa la escena y nadie hacía algo por ayudar a su amiga, quien se encontraba sentada en el pasto, abrazando sus piernas.

Dayana solo pudo sentir una enorme ira apoderándose de ella y, a empujones, llegó a donde su amiga estaba.

- Lili… -dijo Dayana acercándose a su amiga.

Acto seguido, Liliana salió del shock, se levantó y salió corriendo del lugar, avergonzada y arrepentida de haber asistido.

- ¡ERES UN GRANDÍSIMO IDIOTA THIAGO! TÚ Y TODOS LOS QUE GRABARON, ¡VÁYANSE MUCHO A LA MIERDAAA! —gritó Dayana furiosa para luego salir corriendo tras su amiga.

Hora y media más tarde, Dayana ayudaba a Liliana a desnudarse y limpiar lo mejor que podía su cuerpo. Evidentemente, no podría volver a ponerse el vestido, así que Day decidió que ella le prestaría el suyo.

- Lili, ¿Qué dices si nos vamos a casa? En tu casa nadie te espera y aquí todos nos corren, así que, vamos a mi apartamento, vamos por una larga de reconfortante sesión de spa en el jacuzzi, ¿Qué opinas?

- ¿Cómo… ¿Cómo nos vamos a ir? ¿Cómo… ¿Cómo vas a salir de aquí? ¡Estás… ¡Estás desnuda! -dijo Liliana, entre lágrimas.

- Que yo recuerde, no conozco la vergüenza y tú, tu mi querida Lili, solo has como si estuviéramos en la playa.

Al salir del baño, ya había una larga fila para entrar, pero, nadie dijo nada, aunque, sus rostros lo decían todo. Liliana se sentía avergonzada e incómoda, por lo que miraba al piso.

- ¡Levanta la cara, Lili! ¡Tú no hiciste nada malo…!

- ¿Qué ven? ¿Acaso nunca se han visto en el espejo? -dijo Dayana a todas las chicas que las miraban y rumoraban.

Frida y compañía, esperaban con celular en mano para grabar y transmitir el bochornoso momento.

Al llegar a la puerta, pudo ver cómo Thiago, Frida e incluso Cinthia, la hermana menor de Lili, disfrutando de la escena.

Dayana, al estar delante de Thiago, tomó una de sus manos y le entregó su vestido sucio de su hermana.

- ¡Eres el mayor imbécil que me ha tocado conocer! ¡Ojalá estés muy satisfecho, idiota! ¡Espero que, en toda mi puta vida, jamás vuelva a verte!

Liliana observó la escena, pero no dijo nada, ahora entendía que, Thiago era el chico misterioso con el que Dayana había estado saliendo en todo el ciclo escolar.

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