Luna salió del coche y se disgustó de inmediato al ver la conducta cautelosa de su mamá.
—Mamá, ¿venimos a ver a un médico o a robar? Ahora soy la novia de Caín, es realmente vergonzoso si la gente nos ve así. Además, no es que nuestra familia esté arruinada, ¿por qué vinimos a un hospital de mala calidad como esta mierda? ¿Acaso en esta pocilga tienen lo necesario para atenderme?
Los ojos de Luna se llenaron de desprecio al contemplar el hospital, el complejo se veía un tanto miserable.
Por su parte, Hada intentaba desesperadamente pasar desapercibida cuando la voz chillona de Luna la hizo mirar a su alrededor.
—Ay, Dios mío. ¿No puedes bajar la voz? Ya lo entenderás en un momento, de todas formas, no es que busque hacerte daño.
Luna seguía frunciendo el ceño. Al final, gracias a la paciencia y persuasión de su madre, accedió a ir al hospital. Después de registrarse le hicieron un chequeo, la llamaron y Hada la acompañó al consultorio. Ambas se sentaron frente al médico.
Después de