Últimamente, Luna se había dedicado a seducir a Caín. Habían dejado llevarse por sus pasiones juveniles, habían tenido sexo y ensuciaron varios hoteles a causa de la lujuria. Caín también había sido lo bastante generoso como para regalarle a Luna una infinidad de detalles. Confiaba que podía comprar con dinero a una mujer tan ambiciosa de lujos como ésta. Además, la inteligencia emocional de Luna era relativamente alta, esto que agradó enormemente a Caín, quien decidió quedarse junto a Luna durante un largo tiempo.

Sin embargo, recientemente Luna se estaba sintiendo mal. Cuando se levantaba por la mañana, vomitaba casi todo lo que comía y no tenía mucho apetito. Como Zared se fue a trabajar y en casa solo estaban Hada y Luna, Caín trajo un cheque para ayudar a la familia de Luna en estos momentos difíciles.

Luna era el tesoro de la familia ahora. Tanto Hada como Zared la mimaban y le daban casi todo lo que quería. Incluso contrataron a un chef especialmente para ella, que se encargara