Sofía
El silencio de la madrugada me abrazó siendo mi principal cómplice en mi escape de la habitación.
Caminé por el pasillo, con el corazón en la garganta y conteniendo la respiración.
No podía permitirme errores. Lucile dormía en el ala principal y Max... Max era una incógnita. Un misterio que dolía.
Sabía que la bruja estaba usando algún fármaco potente para dejarlo en ese estado. Algo tan preciso que borró solo parte de su memoria. ¡Y qué parte!
Era increíble e ilógico que olvidara a las dos mujeres que más ama en su vida: Paulina y su hija.
Pero ahora debía concentrarme en sacar con vida a Lucas, antes de que los hombres de Lucile hicieran algo más que solo interrogarlo.
Llegué al ventanal del invernadero. Lo abrí con cuidado, asegurándome de no llamar la atención de los guardias. Ellos estaban en pleno cambio de turno.
El jardín estaba bañado por la luz de la luna.
Todo parecía sacado de una de esas películas de terror que tanto me gustaban…
Aunque esta vez, no quería que sal