MATTHEW GRAYSON
—¿A dónde irás? —preguntó mi madre confundida, con el ceño fruncido, mientras un par de sirvientas ayudaban a doblar ropa y meterla en mi maleta.
—Tengo que viajar a México —susurré sin voltear hacia ella, no quería dar explicaciones.
—¡¿A México?! ¡¿Para qué?! —exclamó alterada y me tomó del brazo—. Ese lugar es un nido de delincuentes. ¡Matthew!
Me sacudí su mano y por fin le presté atención, con el ceño fruncido y la mandíbula tensa.
—Porque la estúpida de Sharon está arruinando la empresa —siseé lleno de rabia—. El imperio que levanté en años de trabajo arduo se cayó gracias a que en este tiempo se encargó de correr a casi todos mis trabajadores de confianza y poner en su lugar a sus amigos que nunca han hecho nada por su vida más que estirar la mano para recibir dinero.
En la puerta se encontraba Sharon, escondida detrás del marco, viéndome con tristeza y miedo.
—Podemos arreglarlo… —susurró al borde del llanto. En otro momento querría consolarla y decirle que