Trilogía Destinados. Libro I Maddison Cadwell está de vuelta en el lugar que considera su hogar, después de todo un año evitándolo. Se culpa por su ausencia prolongada, pero era necesario mantener las distancias si quería sobreponerse a sus últimas decepciones amorosas. La esperanza de una promesa cumplida, la hace creer que esta vez, todo será diferente. Pero está equivocada. El pasado regresa una y otra vez, para hacerle saber que cuando quedan cuentas pendientes, no es fácil escaparse. Y Aiden Reed, está dispuesto a recordárselo. El chico de oro de Santa Martha quiere redimirse, su insistencia por dar una explicación, no deja que Maddie conserve su fiel objetivo de mantenerse alejada. Una noticia impactante. Una confesión dolorosa. Otra promesa, de tantas. Todos los caminos conducen al otro. Ahora deberán decidir, si seguirá siendo, solo dos veces al año. Orden de lectura de la Trilogía: 1-Solo dos veces al año 2-Solo un: ¡Sí, acepto! 3-Solo un para siempre
Ler maisTres meses después...—Estás hermosa —declara Andrea, con voz emocionada, cuando termina de arreglar el bajo de mi vestido.Yo aún no me decido a mirarme en el espejo. Me siento bien, cómoda, pero los nervios son tan intensos que me hacen temblar.—Estás increíble —secunda Mary—. De seguro Aiden no podrá quitarte los ojos de encima —continúa, dándome ánimos.La miro y en su expresión se manifiesta un poco de anhelo. Su vida no es tan fácil de sobrellevar, tiene muchos problemas y necesidades, pero independientemente de ellos, decidió que no podía negar la invitación. Estos últimos tiempos hemos formado una bonita amistad, por lo que fue algo natural pedirle que fuera, en conjunto con Andrea, mi madrina de bodas.—Vamos, ya casi es hora —apura Andrea con una sonrisa conocedor
Dos meses después...—Mamá, mamá —grita Aarón, cuando me ve llegar—. Mira lo que estamos haciendo papá y yo.Corre emocionado hasta llegar donde estoy. Yo lo recibo con un abrazo enorme, pero Aarón no dura mucho entre mis brazos, tan ansioso de lo que lleva trabajando con su padre desde temprano en la mañana.—Es una casa del árbol. Mira mamá. Mira —sigue gritando, sin parar a respirar siquiera. Me jala del brazo para que lo acompañe.Yo voy de su mano, sonriendo. Miro hacia donde está Aiden y se me hace agua la boca. Está sin camisa y su escultural cuerpo brilla con el sudor provocado por el trabajo duro. A nuestro pequeño se le ocurrió que quería una casa del árbol que fuera su lugar secreto, su fuerte o su castillo, depende de la dinámica del día. Y pues, a su padre se le ocurri&oac
Es verdad, sin ti, nunca será vida.Reproduzco la confirmación de Aiden ante mi declaración, una y otra vez, mientras su mano me dirige hacia la casa. Estar aquí, de vuelta, me hace recordar aquella vez que me entregué nuevamente a él. Aquella noche donde la luna, el mar y su cama, fueron testigos de la profundidad de nuestros sentimientos.«¿Es normal que sienta nervios?», me pregunto interiormente, al notar que todo dentro de mí tiembla con anticipación. No debería reaccionar así, él conoce mi cuerpo, lo que me gusta, lo que debe hacer para que yo explote de placer a su alrededor. Siempre he sido suya y nada cambiará eso a estas alturas.Llegamos a la entrada y él se detiene, rebusca en sus bolsillos para tomar las llaves y abrir. Cuando lo hace, entramos e inmediatamente, me quedo impactada al ver lo que me espera.La oscuridad nos rod
Caminar de nuevo de su mano se siente como estar flotando sobre una nube. Estos años extrañé tanto su tacto, su calor, que estar así me parece un sueño. A nuestro paso, todo se pierde; las personas, los negocios. Solo existimos él y yo.Luego de nuestro beso y de la declaración de Aiden, decidimos que todo fluyera. Esta vez, disfrutaremos de cada segundo. No es que no lo hayamos hecho antes, es que, después del tiempo transcurrido, debemos ser cuidadosos e ir a nuestro tiempo.Un paso en falso esta vez, no solo nos dañaría a los dos. Aarón ahora está de por medio.—¿Te gustaría ir a otro lado? —pregunta Aiden, de repente.En un primer momento pienso que no quiere exponerse, a fin de cuentas, medio pueblo sabe que él está comprometido. Dudo, solo por unos segundos, pero él lo nota. Sonríe. Contrario a la reacción
—Uhmm, creo que esto no —comento, dudosa, mientras me veo al espejo.Estoy intentando decidir qué me pondré para ir a la feria. No es un evento muy formal, de hecho, no lo es para nada, pero quiero acertar con la elección de vestuario.Me atacan los nervios cuando pienso en lo que me espera. Aiden, a pesar de haber sido invitado por la abuela para acompañarnos, me preguntó si quería asistir junto a él y Aarón. Mi respuesta fue, en un momento de desentendimiento, que iríamos todos. Aiden solo sonrió y con esa hermosa expresión, me puse colorada. Me miró con un brillo especial en los ojos y sin perder su gracioso descaro, me aclaró lo que quiso decir.—Te estoy invitando, Mads. Tú, yo y Aarón. Solos. —Al mencionar la última palabra, su voz adquirió un tono diferente, masculino, grave y profundo.De má
Aarón duerme plácidamente, pero yo no puedo hacerlo. Me desvelé y ahora no puedo conciliar el sueño. Lo único que hago es pensar, pensar y pensar en todo lo que sucede. En todo lo que me dijo él, justo después de depositar a nuestro hijo en su cama.—Gracias, Mads. Aunque el destino no nos haya unido de la forma que siempre deseé —susurra, mientras toma mi mano y delinea la alianza que aún llevo en el dedo anular—. Me has dado lo mejor y más maravilloso que alguna vez soñé tener. No te tengo como quiero, pero me conformo con un pedacito de ti. De nosotros. Repito sus palabras una y otra vez. Intento entender su verdadero significado, porque estoy muy confundida.Él está comprometido. Según tengo entendido, Estela puede estar embarazada. Por lo tanto, no tengo claro qué quiso decir.Cansada de mi desvelo, me levanto, c
Último capítulo