[KEIRA]Había olvidado casi todo lo que tenía planeado para mi boda y cada detalle que en su momento le mencioné al maestro de ceremonias. Pero ahora, como un maldito bumerán, todas esas conversaciones vuelven a mi mente a medida que las voy viendo reflejadas en esta fiesta de la que, por momentos, quiero huir. Sin embargo, sé que no puedo hacerlo si realmente quiero cumplir mi objetivo.—Mi amor, ¿bailamos? —escucho la voz de Dane, suave pero clara, y al voltear a verlo, está de pie a mi lado, ofreciéndome la mano.De reojo noto cómo varias miradas curiosas de los invitados que aún están sentados en nuestra mesa se fijan en nosotros. Entonces, con mi mejor sonrisa de mujer enamorada, llevo mi mano hacia la de Dane y me levanto de la silla.—Claro que sí, nene —respondo, y como la buena actriz que puedo llegar a ser, le dedico una sonrisa luminosa que haría pensar a cualquiera que estoy perdidamente enamorada. Caminamos hacia la pista de baile como si fuéramos la pareja más perfecta d
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