Punto de vista de MarthaLa puerta de entrada a Bobs Place se abrió como si unos ladrones estuvieran a punto de atacar. Pero, ¡oh, sorpresa!, era mi jefe.Me quedé paralizada, como una estatua, con el corazón latiendo tan rápido como si ya supiera lo que iba a decir.«Sabía que volverías».«Anton, el empleado, te vio entrar y dijo que empezarías a trabajar y a limpiar, pero ¿sabes qué? ¡No me importa!».«Tienes que recoger tus cosas. Estás despedida», me dijo, con aspecto de tigre enfadado y furioso.Me sentí bastante avergonzado, pero me han humillado innumerables veces, así que eso no significaba nada para mí.«¿Puedo cobrar mi sueldo por el mes y los días que he trabajado?».«¿A qué sueldo te refieres exactamente?», preguntó tartamudeando como una cabra hinchada.Hice todo lo posible, pero no me escuchó. En realidad, necesitaba dinero para mí y para mi tío Dante. Salí con la cabeza gacha y las orejas caídas, cogí mi bolso marrón de cuero, me despedí de Anton y del resto del person
Leer más