Punto de vista de RafaelEstaba hablando por teléfono con Belén cuando Teresa volvió a entrar en la habitación.«Te extraño tanto», decía Belén, con esa voz suave y cálida que antes me hacía sentir en casa. «Ojalá pudiera estar ahí contigo. El otoño en Chicago se supone que es precioso».Vi a Teresa detenerse en seco en el umbral, sus ojos encontrando los míos. Algo cruzó su rostro. Dio un paso atrás, dispuesta a darme privacidad.Levanté un dedo y lo llevé a mis labios. *Quédate*. El gesto lo decía todo. *Silencio y quédate*.Se quedó quieta, atrapada entre irse y obedecer, claramente incómoda.«Yo también te extraño, mi amor», dije al teléfono, sin apartar la mirada de Teresa. «El hotel está bien, pero sería mejor contigo aquí».La mandíbula de Teresa se tensó casi imperceptiblemente.«Cuando vuelvas tendríamos que tomarnos unos días libres», siguió Belén. «Solo nosotros. Sin trabajo, sin planear la boda… solo nosotros».«Suena perfecto». Me recosté contra el cabecero, acomodándome.
Ler mais